La indemnización por perjuicios, también conocida como indemnización por daños y perjuicios; es un concepto legal que consiste en la acción jurídica que tiene el acreedor o la víctima para exigir el resarcimiento económico o pago de daños que una persona o empresa debe pagar a otra en caso de haber causado daño o perjuicio a su persona, propiedad o negocio. Esta compensación se realiza con el fin de reponer el daño causado y compensar al afectado por los perjuicios sufridos.
En términos generales, la indemnización por perjuicios procede cuando una persona o empresa causa un daño a otra, ya sea de forma intencional o por negligencia, y dicho daño genera un perjuicio económico o moral al afectado. El monto de la indemnización dependerá de la gravedad del daño causado y los perjuicios sufridos por la víctima.
Existen dos tipos de indemnización por perjuicios:
A continuación te explicamos cada una de ellas y cuándo proceden:
Recuerda que este artículo es una guía legal, sin embargo, no sustituye la asesoría legal. Si necesitas ayuda contáctanos, con gusto te atenderemos.
La indemnización por responsabilidad contractual se refiere a la obligación que una de las partes tiene de cumplir con las obligaciones establecidas en un contrato. Si una de las partes no cumple con sus obligaciones, la otra parte tiene derecho a una indemnización por los daños y perjuicios sufridos como resultado del incumplimiento.
Es decir, se tendrá derecho a este tipo de indemnización cuándo a causa del incumplimiento total o parcial de un contrato por cualquiera de las partes se produzca un daño a la contraparte, ya sea en el todo o en parte y que este esté relacionado con el objeto del contrato originario.
Por otro lado, ¿Qué es la indemnización de perjuicios por responsabilidad contractual y extracontractual? Entenderemos a la indemnización por responsabilidad extracontractual como aquella que se refiere a la obligación que una persona tiene de reparar el daño que causa a otra persona, incluso si no hay un contrato entre ellas. Este tipo de indemnización se aplica en casos como accidentes de tráfico, lesiones personales, daños a la propiedad, entre otros.
Empezaremos por señalar que para la Ley existen dos tipos de perjuicios posibles, que se dividen en patrimoniales y no patrimoniales.
Los daños patrimoniales son aquellos que reportan una pérdida económica al afectado y a su vez se dividen en lo que el Código Civil denomina como daño emergente que se refiere a los gastos y pérdidas que se han generado como consecuencia del daño y como lucro cesante; que se refiere a las ganancias que se han dejado de percibir como consecuencia del daño.
Mientras que los daños no patrimoniales o morales, son un tanto más abstractos, pues abarcan toda una serie de conceptos; pero a grandes rasgos se pueden entender como todo dolor, pesar o molestia que sufre una persona en su sensibilidad física o en sus sentimientos, creencias o afectos.
Ahora bien, para que proceda la responsabilidad contractual, deben cumplirse ciertos requisitos, como la existencia de un contrato válido previo al momento en que se origina el daño, el incumplimiento tácito de una de las partes, la existencia de un daño y una relación de causalidad entre el incumplimiento y el daño causado.
Si estamos hablando del primero de los casos, es decir, de un daño patrimonial causado por el incumplimiento de una responsabilidad contractual, la ley señala que se deben de acreditar los siguientes requisitos para su procedencia:
1. Vínculo jurídico previo.
2. Incumplimiento del deudor.
3. Perjuicio del acreedor.
4. Relación de causalidad entre incumplimiento y perjuicios.
5. Imputabilidad del deudor (dolo o culpa).
6. Que no concurra una causal de exención de responsabilidad.
7. Mora del deudor.
En cuanto a la responsabilidad extracontractual, la doctrina jurídica señala dos requisitos para que se pueda dar la misma cuando se trata de un daño no patrimonial o moral:
1) La existencia de un daño, una conducta antijurídica, una relación de causalidad entre la conducta y el daño.
2) La existencia de culpa o negligencia por parte del responsable del daño.
Sin importar de qué tipo de indemnización por perjuicios estemos hablando, es responsabilidad del juez determinar el monto de la indemnización en cada caso, y para ello se tendrán en cuenta factores como el tipo y la gravedad del daño causado, la duración y el alcance del perjuicio, así como las circunstancias particulares de cada caso.
Es importante destacar que en muchos casos, las partes pueden llegar a un acuerdo extrajudicial para la indemnización por perjuicios, evitando así un proceso judicial costoso y largo. No obstante, en caso de que las partes no lleguen a un acuerdo, será necesario acudir a los tribunales para que un juez determine el monto de la indemnización correspondiente.
Cualquiera que sea tu caso, te recomendamos asesorarte con tu abogado de confianza previo a hacer la reclamación y tener un acercamiento guiado con la contraparte a fin de buscar la solución más rápida y conveniente para las partes.
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