Todos alguna vez hemos presentado un atraso en el pago de una deuda, ya sea por causas mayores o simplemente porque no reconocemos la misma. Independientemente de la razón de tu adeudo, es de vital importancia que conozcas que la mayoría de las deudas, especialmente las de carácter civil, cuentan con un tiempo de anulación, es decir: tienen una fecha de caducidad.
La prescripción de una deuda es la solicitud ante un tribunal para librarte de tus obligaciones como deudor, todo completamente legal. ¿Estás interesada o interesado en conocer más sobre el tema?
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Recuerda que este artículo es una guía legal, sin embargo, no sustituye la asesoría legal. Si necesitas ayuda contáctanos, con gusto te atenderemos.
Todos hemos escuchado alguna vez que las deudas tienen fecha de caducidad, ¿pero qué tipo de deudas? Lo cierto es que, como personas, podemos adquirir deudas de todo tipo, como derivaciones de hipotecas que se solicitan al comprar una propiedad, un préstamo para cimentar un nuevo negocio o un conjunto de compras que se cargan a una tarjeta de crédito. No obstante, independientemente del tipo de deuda y su monto, pueden prescribirse y cancelarse, lo que significa que el acreedor no pueda reclamar la liquidación del monto adeudado.
Cuando se prescribe una deuda estamos hablando de una manera de extinguir las acciones de cobranza debido al transcurso del tiempo tras la adquisición de la deuda, por lo que el deudor queda liberado para siempre de sus obligaciones.
La ley de cada país estipula plazos distintos para las prescripciones de una deuda, dejando en claro que dependiendo de la deuda será el tiempo de prescripción.
Por ejemplo, las prescripciones de tiempos más cortos son las multas de tráfico. Estas deudas varían de acuerdo a la gravedad de la acción sancionada, dando tres meses de prescripción para las sanciones más leves, y seis meses para aquellas cuya gravedad es considerable.
Siguiéndole en secuencia de período de tiempo, la reparación de daños por negligencia tiene un plazo de prescripción de hasta un año, en el mismo caso para la culpa del deudor o responsabilidad extracontractual.
Hablando de obligaciones de pago y deudas por dicha responsabilidad, nos podemos encontrar que la prescripción es de hasta tres años, incluyendo el pago a jueces, pago a notarios, pago a abogados, pago a peritos, pago a registradores, pago a agentes, honorarios, derechos y gastos por desempeñar un cúmulo de funciones profesionales, así como los maestros con su responsabilidad en la enseñanza o los farmacéuticos por el suministro de medicamentos.
Ahora bien, las deudas adquiridas con la Seguridad Social o Hacienda tienen un período de prescripción de cuatro años, no obstante, en este caso específico es inusual que las deudas cumplan el plazo ya que existe un constante reclamo al deudor o directamente se retira el importe de la deuda de una misma cuenta corriente. En este mismo período de tiempo, encontramos que se prescriben deudas por impuestos municipales como los impuestos sobre bienes inmuebles, impuesto de circulación o impuesto sobre vehículos de tracción mecánica.
Las deudas personales son todas aquellas deudas que no tienen condiciones marcadas. Algunos ejemplos son los alquileres, las tarjetas de crédito o los suministros domésticos. En este caso, necesitan pasar un período de tiempo de cinco años para ser prescritas.
El lapso más grande en las prescripciones pertenece a las deudas hipotecarias, ya que se prescriben después de un plazo de hasta veinte años, no obstante, son deudas muy similares a las de Hacienda, por lo que este período casi nunca llega a cumplirse ya que antes se opta por el embargo de la vivienda.
Ninguna deuda se anula de forma automática, ¿lo sabías? Aunque pase el tiempo de prescripción determinado para tu tipo de deuda, la prescripción debe ser solicitada para anular tu obligación como deudor.
La pregunta es: ¿cómo solicito una prescripción de mis deudas? Lo primero que debemos hacer es la presentación de nuestra solicitud ante un tribunal civil, ya sea como acción o excepción en un juicio iniciado. Acto seguido, el juez que reciba tu solicitud tendrá como primera tarea notificar a la contraparte del caso la intención que has presentado, para después revisarla y determinar si tienes derecho o no a la prescripción de tu deuda.
La presentación escrita de la solicitud para la anulación de una deuda está expresa, determinada y regulada en el artículo 2493 del Código Civil, el mismo artículo que asegura que una deuda no puede ser prescrita si el deudor no ha presentado ninguna solicitud para librarse de la deuda.
Para presentar tu solicitud de prescripción debes reunir un conjunto de requisitos como:
En este último punto es importante que recuerdes que algunas deudas no tienen fecha de caducidad, por lo que es recomendable que independientemente de tu tipo de deuda, si no quieres o no puedes pagar, y la situación se ha comenzado a complicar deseando que tu deuda sea prescrita, la petición de una asesoría por parte de un abogado especialista es lo ideal.
La solicitud de tu prescripción es escrita, por lo que deberás redactar una carta para pedir la descripción de la deuda. Procura que sea clara y concisa, sin faltas ortográficas o gramaticales y, lo más importante, solo expide esta carta si cumples con todos los requisitos.
Para solicitar la prescripción de una deuda deberás presentarte junto a tu abogado y los documentos solicitados al tribunal. Después de cumplir con los pasos antes expresos, el proceso para la aceptación o la declinación de solicitud para la prescripción de tu deuda tomará entre tres y seis meses.
Una vez pasado el tiempo tras la recepción de tu solicitud, se tomará la decisión de aprobación o rechazo de tu prescripción. Si has presentado todo en regla, la respuesta con toda seguridad será positiva y con ello serás liberado de cualquier obligación de pago, anulando la validez de cualquier acción de cobranza que tu acreedor pueda llevar a cabo en tu contra.
Hay una forma en la que el acreedor de una deuda puede evitar que se cumplan los plazos para la prescripción de una deuda: levantando una demanda en contra del deudor.
Ser un deudor y no liquidar las deudas en curso trae graves consecuencias que no se limitan al simple endeudamiento, ya que como lo hemos comentado, una deuda puede convertirse en un problema legal cuando, como deudores, nos demandan. Las deudas civiles no tienen la facultad de llevar al deudor a la privación de su libertad, sin embargo, el embargo de bienes para saldar la deuda en curso es el miedo más grande de todo deudor.
Las deudas de carácter civil son todas aquellas que caen en los créditos personales, créditos de nómina, hipotecas y/o tarjetas de crédito. Las demandas por incumplimiento de pago son usuales, y si recibes una, lo primero que debes hacer es mantener la calma y asegurarte de que se trate de una demanda fidedigna porque, en ocasiones, los despachos de cobranza simulan estos documentos para ejercer una presión negativa en el deudor que encienda su sentido de urgencia por liquidar esa deuda.
Negociar una deuda es posible, sobre todo después de recibir una demanda por incumplimiento de pago. Solicita una reestructuración de tu deuda, extender el plazo de pago, la consolidación de tus deudas, un plan de pagos fijos o, incluso, un descuento sobre el monto total con intereses.
Si recibes una demanda por incumplimiento, considera que negociar tu deuda es primordial, sobre todo porque el que tu acreedor haya levantado una demanda en tu contra suspende el plazo de prescripción y, por ende, no tienes forma de solicitar librarte de tu deuda.
Si quieres solicitar una prescripción de tus deudas, lo primero que deberás investigar para dar los pasos fundamentales en la solicitud es el monto monetario que supondrá para ti este movimiento judicial.
Considera como gasto base la inclusión de un abogado profesional desde el primer momento en el que redactes una carta de solicitud de prescripción, que naturalmente no será otorgado por ninguna otra entidad. Este gasto correrá por tu cuenta y dependerá del tipo de profesional que elijas. Más tarde, dentro de los gastos deberán ser considerados los gastos del propio juicio, relacionados directamente con la notificación de la demanda de prescripción de deuda a tu nombre.
Una vez que logres obtener la prescripción de tu deuda en un tribunal y se reconozca tu causa, no deberás hacer ningún otro movimiento administrativo para lograr tu cometido. La declaración es suficiente para los pasos venideros.
Lo único que se debe hacer después de resultar favorecidos por el tribunal es la anulación de la deuda en el registro de DICOM, ya que estos no son borrados de forma automática, así como tampoco las propias deudas.
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